domingo, 8 de septiembre de 2013

LA PROSPERIDAD DEL MALO

Una de las principales presiones que experimenta todo aquel que ha decidido vivir una vida recta, apegada a las buenas costumbres y en consonancia con la voluntad de Dios, es observar que los malos, con mucha frecuencia, se salen con la suya impunemente.
Observamos indignados como aquel que se cuela en la fila es atendido primero; el que viola la luz roja llega más temprano a su destino; el que miente consigue lo que busca con más facilidad que quien dice la verdad; el estudiante que hace trampas logra buenas calificaciones; el que evade impuestos logra mayor rentabilidad en su negocio; el corrupto enriquece rápidamente; en fin, tal parece que el malo, o quien practica lo malo, tiene ventaja sobre aquel que opta por la integridad como estilo de vida.
A esto se añade el hecho de que tales acciones no siempre generan un correspondiente castigo de parte de quienes están llamados a sancionar lo indebido conforme a la investidura de autoridad que ostentan. Es decir, la impunidad se convierte en el mejor aliado de quienes infringen las leyes humanas y divinas. Observamos impotentes como las autoridades hacen poco o nada para sancionar ejemplarmente la maldad, y, peor aún, nos da la impresión de que tampoco Dios hace algo al respecto. En consecuencia, somos tentados a echar por la borda los principios éticos que una vez abrazamos, al entender que éstos no nos han servido de nada, y que hemos sido no más que unos tontos al tratar de vivir una vida honrada y honesta.
Al respecto, consideremos la siguiente porción de las Sagradas Escrituras:

EL SEÑOR DICE: "USTEDES HAN DICHO COSAS DURAS CONTRA MI. Y TODAVÍA PREGUNTAN: ¿QUÉ ES LO QUE HEMOS DICHO EN CONTRA TUYA? ÉSTO ES LO QUE HAN DICHO: SERVIR A DIOS ES COSA INÚTIL. ¿ QUÉ PROVECHO SACAREMOS DE HACER LO QUE ÉL MANDA, DE ANDAR VESTIDOS DE LUTO DELANTE DEL SEÑOR TODOPODEROSO? NOSOTROS HEMOS VISTO QUE LOS ORGULLOSOS SON FELICES, QUE A LOS MALVADOS LAS COSAS LE SALEN BIEN, QUE PONEN A PRUEBA A DIOS Y NO RECIBEN NINGÚN CASTIGO." ( MALAQUÌAS 3:14-15, VERSIÓN DIOS HABLA HOY)

Como vemos en este pasaje bíblico, la queja con respecto a la prosperidad del malo no es cosa de ahora. Noten el gran parecido de las expresiones de aquellos hombres, a quienes Dios llama la atención por medio del profeta, con las que podríamos tener nosotros hoy en día con respecto al mismo asunto.
Ahora bien, ¿cómo responde Dios a este serio cuestionamiento de Su autoridad?

EL SEÑOR TODOPODEROSO DICE:" SE ACERCA EL DÍA, ARDIENTE COMO UN HORNO, EN QUE TODOS LOS ORGULLOSOS Y MALVADOS ARDERÁN COMO PAJA EN LA HOGUERA. ESE DÍA QUE HA DE VENIR LOS QUEMARÁ, Y NADA QUEDARÁ DE ELLOS."PERO PARA USTEDES QUE ME HONRAN, MI JUSTICIA BRILLARÁ COMO LA LUZ DEL SOL, QUE EN SUS RAYOS TRAE SALUD. Y USTEDES SALTARÁN DE ALEGRÍA COMO BECERROS QUE SALEN DEL ESTABLO.( MALAQUÌAS 4:1-2, VERSIÓN DIOS HABLA HOY)

No hay dudas de que el malo prospera y que con frecuencia se sale con la suya impunemente. Pero esa prosperidad es efímera. Tarde o temprano la impiedad desembocará en retribución, a menos que se produzca un arrepentimiento oportuno en el que practica la impiedad. Si sucumbimos ante el éxito de los malos envidiàndoles y siguiendo su ejemplo, terminaremos corriendo su misma suerte futura de destrucción y castigo. Nunca veamos al malo que prospera como a alguien colocado en una posición ventajosa, sino como a alguien digno de conmiseración, a quien sólo la intervención misericordiosa de Dios puede librar de un futuro desolador.

" NO TE IMPACIENTES A CAUSA DE LOS MALIGNOS, NI TENGAS ENVIDIA DE LOS QUE HACEN INIQUIDAD. PORQUE COMO HIERBA SERÁN PRONTO CORTADOS, Y COMO LA HIERBA VERDE SE SECARÁN." ( SALMOS 37: 1-2, VERSIÓN REINA-VALERA 1960)